Es una época en la que se pueden trabajar fácilmente los hábitos de higiene, vestido, alimentación, por esa autonomía que pretenden. En muchas ocasiones querrán hacer cosas por sí solos, y además porque comienza a prever acontecimientos como la hora del baño o de comer, por los preparativos que se comienzan a realizar.
Empezará a querer alimentarse sólo. Esto es una arma de doble filo para las mamás, las cuales se debaten entre: que aprenda a comer solo y que no importe que se empape de puré o sopa hasta los cordones de los zapatitos.
Disfruta con el agua, que es un buen momento para empezar a estimular el hábito de lavarse las manos, los dientes...
Coopera cuando lo visten, así que es es un momento ideal para que comience a quitarse y ponerse prendas de ropa que sean fáciles: las zapatillas de velcro, los calcetines, y en invierno los gorros y bufandas.
En torno a los 15 meses comienza a adquirir la destreza para utilizar sus dedos índice y pulgar como pinzas, por ello para ayudarle con la motricidad fina podemos darle plastilina de colores y ayudarle a realizar bolitas pequeñas.
Luego, podemos ofrecerle una botella de boca ancha para que introduzca las bolitas en dicha botella. Cuando tenga dominada la boca ancha, le facilitamos una botella de boca estrecha.
También se le puede mostrar como puede pellizcarla, amasarla, aplanarla, estirarla sobre un papel para estimular su sentido del tacto.
Es una etapa en la que comienzan a tener noción del esquema corporal, para trabajar con los pequeños esto se puede dibujar la silueta del niño en un papel grande, acostamos al niño en el papel y cada vez que esté dibujando una parte de su cuerpo se la mencionamos y él irá reconociéndolas. Otra actividad puede ser frente a un espejo: cantar una canción en la que mencione todas las partes de su cuerpo. Esto ayudará al reconocimiento del mismo.
Pero también es la época de las emociones. Aprenden a expresar rabia, celos, alegría, cariño, tristeza orgullo o vergüenza y las distingue en otras personas. Para que emociones como la alegría o el cariño sigan apareciendo, refuércelas y a otras como la rabia o los celos, no se le debe dar importancia, pues son emociones que también han de salir en un niño.
Y por supuesto pueden empezar a ordenar y matener limpio su entorno, dele órdenes sencillas al niño como ordenar sus juguetes, llevar el vaso a la cocina, guardar sus zapatos. Así el niño comenzará a ubicar de forma correcta las cosas.
Fuente: Atempramv.blogspot.com
